TÚ NO VIVES DEL TURISMO, EL TURISMO VIVE DE TI

El turismo es un modelo que genera empleo precario, estacional en muchos lugares o temporal, con unas condiciones laborales de explotación. Genera desigualdad social, aumento de la pobreza, deterioro de la salud física y mental, y situaciones constantes de vulneración de derechos. Tras años y años de malvivir en este modelo, sabemos bien de qué hablamos. Tenlo claro, tú no vives del turismo, el turismo vive de ti cual sanguijuela. De tu trabajo, tu empleo precario, tu amabilidad y tu cultura. Y los “beneficios” que genera: no los verás nunca.

Evidentemente no se hacen públicos los datos sobre la distribución del dinero que genera el negocio del turismo. Pero podemos hacernos una idea, teniendo en cuenta que el salario medio de las personas empleadas en Canarias es de 1.420 euros brutos mensuales, a la cola del estado español, mientras el que encabeza la lista de los más ricos de Canarias es Eustasio Antonio López González y hermanos de Lopesan Hoteles e IFA Group, con una fortuna estimada de mil millones de euros. Su fortuna repartida daría para pagar el salario anual de 58 mil personas, el 25% de las personas que están en el paro según la Encuesta de Población Activa (EPA).

De entre los más ricos de Canarias además de los ya citados, según la lista Forbes 2018, se encuentran Juan Miguel Sanjuán y Jover (Grupo Satocán, de construcción y gestión turística) con 320 millones, Wolfgang Kiessling (Loro Parque) con 260 millones o Pedro Agustín del Castillo Machado y familia (Binter) con 200 millones. Todas fortunas generadas por la explotación turística.

También viven de ti, de tu cultura y de tu territorio otras empresas conocidas por todas como Meliá Hotels International S.A., Iberostar, RIU, Grupo Barceló… Aquellas dedicadas a los hoteles, las cadenas de restaurantes y comida rápida, las grandes empresas de ocio y entretenimiento para el turista, las empresas de trabajo temporal o de servicios, que surten de mano de obra barata a todas las anteriores.

Viven de ti, y lo saben. Por eso hasta hace no mucho tiempo en la web del gobierno de Canarias podías encontrar que entre las bondades de las islas para las empresas turísticas estaban nuestros bajos salarios. Por eso se gastan miles de euros en desarrollar macro campañas publicitarias que nos convencen a diario de las maravillas del turismo. Por eso en Canarias existen más de una decena de trampas fiscales que el propio sistema permite a las empresas dedicadas a la industria: Su estatus de región ultraperiférica, el IGIC en vez de IVA, el AEIM (Arbitrio sobre importaciones y entregas de mercancías en Canarias), la Deducción por Inversiones en Canarias, el ITPAD (exención del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos jurídicos documentados), la RIC (Reserva de Inversiones de Canarias), la Deducción por inversiones en África Occidental y por gastos de propaganda y publicidad, la ZEC (Zona Especial Canaria), las Zonas Francas, el REA (Régimen Específico de Abastecimiento)… ¿Te suenan todas estas siglas y lo que esconden? En resumen, el REF (Régimen Económico y Fiscal): Beneficios para las empresas que vienen de fuera, beneficios para las que más tienen, beneficios para las que utilizan Canarias de puente para explotar nuestro continente africano, beneficios para las importaciones… Algo que ni tú ni yo veremos nunca. Y la guinda del pastel, todas estas siglas y privilegios fiscales se han visto aún más legitimadas y aumentadas por el nuevo Estatuto de Autonomía que se nos impuso desde el Gobierno de Canarias con Coalición Canaria al frente y la connivencia del resto de partidos como el PP o el PSOE, que durante años han pactado con ellos para mantener y hacer posible su gobierno y este tipo de modelo y régimen ecónomico.

El turismo vive de ti, y además por encima de sus posibilidades. Mientras el PIB (Producto Interior Bruto) turístico se elevó un 32% entre 2008 y 2017, a pesar de lo que nos cuentan, el empleo que aporta ese sector económico (puestos directos e indirectos de personas asalariadas y autónomas) creció únicamente un 3,2%. El viejo mito de que el turismo en Canarias genera empleo no se sostiene.

Según datos de Exceltur y del Gobierno de Canarias, en 2007 habían 318 mil empleos en el sector turístico para más de 9 millones de turistas, mientras que en 2017 habían 327 mil empleos para atender 16 millones de visitantes. Para colmo, el empleo que genera es en condiciones laborales precarias y con salarios muy bajos, (los segundos más bajos del Estado por encima de Extremadura y donde la brecha salarial ha subido ya al 13,89%) lo que contribuye además a que haya aumentado notablemente el pluriempleo precarizado y que un 44,6% de residentes en Canarias se encuentren en riesgo de pobreza, estando en el tercer puesto por la cola del Estado Español.

Escandaloso el apoyo institucional a la industria turística, que más allá de un régimen fiscal que favorece los beneficios empresariales, supone un gasto público que se acerca a los mil millones de euros anuales en promoción, servicios e infraestructuras que sólo repercuten a un sector que ya tiene beneficios milmillonarios.

Vergonzoso también ver cómo los impuestos que se le imputan al turismo corresponden mayormente a impuestos indirectos sobre los productos y las retenciones correspondientes a los empleos del sector, mientras que las empresas sólo pagan el 4% de impuesto de sociedades y disfrutan de numerosas herramientas para desgravar.

Preocupante ver cómo aumenta la dependencia de nuestra economía respecto al turismo que alcanza ya el 35,2% del PIB. ¿Cómo es posible que nos encontremos a la cola en calidad de vida y a la cabeza en crecimiento del PIB? Porque todas esas siglas/trampa, ese sistema económico y fiscal colonial amañado, permite que los beneficios que se generan no se repartan. Se quedan en muy pocas manos, en esas grandes fortunas y en otras fuera de Canarias.

Queda claro que el turismo tiene por tanto consecuencias negativas para el territorio y también para las personas que lo habitan. La sobreexplotación de recursos, la masificación en las islas, el expolio de las riquezas. Todas características propias de un sistema colonial de ocupación del territorio, que además de las consecuencias diarias que supone el trato cotidiano con “el turista” como colono, tiene por detrás la industria turística con intereses trapichosos y escondidos siempre buscando exprimir nuestro territorio y además utilizarnos de puente para poder hacerlo en otros lugares.

El turismo vive de ti y de tu tierra, y no se cansará hasta que no quede nada o le pongamos freno.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.